Las ollas causan una buena impresión. Se calienta el agua de forma veloz. A pesar de su peso, está lejos de ser un producto de baja calidad.
El diseño es atractivo. Son sencillas de limpiar, pero se manchan por dentro y se ve desagradable. Sin embargo, el vinagre puede ayudar a mantenerlas presentables.
Las ollas ofrecen un buen valor a un precio razonable, sin embargo, tienen una resistencia limitada a los arañazos. Después de la primera vez que se usaron, se notaron marcas en la superficie.
Las fundas carecen de un agujero para dejar salir el vapor, lo cual provoca que el agua se derrame por la olla y forme charcos en la estufa. Esto demuestra que se ha optado por reducir los costos de producción en exceso.
Las tapas de vidrio no están diseñadas con un orificio para permitir que el vapor salga. Además, no hay ninguna indicación dentro del recipiente que muestre el nivel del agua, ya sea de 1 litro o 1,5 litros.