Utilizamos un radiador para calentar un salón en una ciudad climáticamente cálida y ha cumplido satisfactoriamente con su función. Al principio no había ningún tipo de olor desagradable y el nivel de ruido era prácticamente inaudible. Tiene tres niveles de potencia y el nivel intermedio era suficiente para mantener la habitación en una temperatura agradable.
El primer nivel de este producto genera un calor notable, el cual se apaga automáticamente gracias al termostato presente. He usado este producto con mucha frecuencia sin notar un aumento exagerado en mi recibo de luz. Por ello, lo recomiendo encarecidamente.
A pesar de no ser el más bello, este calefactor cumple bien su cometido. No hay una gran diferencia entre los niveles bajo y medio, solo en la velocidad con la que alcanza la temperatura seleccionada. El nivel alto es el que más se destaca, aunque normalmente no se usa.
Cuando el termostato se ajusta al máximo, ofrece una gran cantidad de calor. Sin embargo, el termostato no se regula tan bien como se desearía, y si se reduce el nivel, se genera una considerable reducción en la emisión de calor.
No es como un radiador que se ancla en la pared sin ocupar espacio. Estéticamente, no es como los modernos, más bien es como los de casa de la abuela. Parece de buena construcción, aunque los controles podrían ser más resistentes.